La elección del Papa León XIV ha sido recibida con una mezcla de sorpresa, emoción y profundo orgullo por la comunidad peruana de nuestra Diócesis de Paterson. Aunque estadounidense de nacimiento, su historia personal y espiritual está profundamente marcada por el Perú, donde vivió y sirvió durante años como misionero, y posteriormente como obispo en la región norte del país, particularmente en Chiclayo.
Para muchos fieles peruanos en Estados Unidos, este momento representa una conexión viva con sus raíces.
Gladys y Jesús López, líderes de la Hermandad del Señor de los Milagros en la Catedral de Paterson, recuerdan que días antes del anuncio ya sentían algo especial al ver su rostro entre los cardenales. Aunque nunca lo conocieron en persona, percibían en él una presencia que transmitía humildad y cercanía. Cuando finalmente escucharon su nombre, no pudieron contener las lágrimas. “Nos abrazamos y lloramos de alegría, sintiendo que el Espíritu Santo había guiado esa elección”, comentaron conmovidos.
Para suscribirse a nuestro boletín electrónico semanal, haga click aquí.
Desde Dover, Yessenia Castillo, nacida en EE. UU. pero marcada por sus años de vida en el Perú, expresó que esta elección fue para ella un motivo de esperanza, especialmente en un momento tan difícil para el país andino, golpeado por la inseguridad y la crisis política. Recordó con cariño sus vivencias en Chiclayo y su devoción a la Cruz de Motupe, una espiritualidad que ahora se siente reflejada en la figura del nuevo Papa. “Es como si una parte de nuestro pueblo hubiera sido escuchada”, comentó.
Otros miembros de la comunidad también vivieron el anuncio con gran entusiasmo. Jefer Blancas, director de música, confesó que la noticia lo tomó por sorpresa, ya que el nuevo Papa no era muy conocido en Lima debido a su servicio en zonas más alejadas del centro del país. Sin embargo, sus primeras palabras en español y la mención a una diócesis rural peruana le hicieron sentir una fuerte conexión con él, sobre todo por compartir también la experiencia de vivir entre dos culturas.
Para Marili Quintos, parroquiana de Santa Margarita, la alegría fue doble: por la elección misma y porque su familia, como muchas otras en el norte peruano, fue acompañada pastoralmente por el entonces obispo Robert. El Papa es “un hombre que conoce el dolor del pueblo y sabe caminar con él”, dijo con gratitud.
Ese mismo sentimiento de identificación fue compartido por Susan Carbajal, también de Santa Margarita, quien vio en la figura del nuevo Papa una oportunidad para renovar la fe. Le conmovió ver que alguien con raíces tanto en Estados Unidos como en Perú alcanzara el pontificado. “Nos da orgullo y también esperanza de unidad”, expresó.
Pedro Vásquez, coordinador del comité peruano de Santa Margarita, destacó que esta elección debe ser también un llamado al compromiso. Cree que ahora más que nunca los peruanos, tanto en el país como en la diáspora, deben apoyar al nuevo Papa con su oración. Confía en que él, que conoce de cerca las carencias del pueblo peruano, será una voz que interceda por mejores condiciones de vida, gobernantes más justos y mayor seguridad para su gente.
La elección del Papa León XIV ha tocado profundamente los corazones de los peruanos en nuestra diócesis de Paterson. Para ellos, su figura no es solo motivo de orgullo, sino un signo claro de que “esta es la hora del amor”. Su vida, marcada por el servicio, nos recuerda, en definitiva, que la verdadera autoridad es la caridad y que el Evangelio ha de tener acento de pueblo y rostro de hermano.
