El pasado 14 de mayo, la comunidad católica de Paterson, Nueva Jersey, vivió una jornada marcada por la gratitud, la fe y la alegría ante la elección del nuevo Sucesor de Pedro: el Papa León XIV. En el corazón de la diócesis, la Catedral de San Juan Bautista se convirtió en el epicentro de esta celebración, acogiendo a cientos de fieles que se reunieron en torno a la Eucaristía.
La jornada contó con dos Misas solemnes. La primera, a las 12:30 p.m., fue presidida por el obispo diocesano, Mons. Kevin J. Sweeney, en un ambiente bilingüe que reflejó la riqueza cultural de la Iglesia local. Por la noche, a las 7:00 p.m., Mons. Geno Sylva celebró una segunda Misa en español, que congregó a fieles de diversas parroquias, con una fuerte presencia de la comunidad peruana, representada por la Hermandad del Señor de los Milagros de Paterson, la más numerosa fuera del Perú.
Al inicio de la Misa vespertina, Mons. Geno expresó su profunda alegría por celebrar este acontecimiento en la festividad de San Matías, y lo hizo con palabras llenas de calidez: “Estamos aquí, en el pequeño Perú”, dijo, evocando el rostro multicultural de Paterson. Con una sonrisa, soñó en voz alta con la posibilidad de que, algún día, el nuevo Papa pudiera visitar esta comunidad tan vibrante y llena de fe.
Para suscribirse a nuestro boletín electrónico semanal, haga click aquí.
En su homilía, Mons. Geno centró su mensaje en la figura del Papa como signo visible de la unidad de la Iglesia. Inspirado por el lema del nuevo pontífice, “En el único Cristo somos uno”, subrayó que León XIV asume el timón de la Iglesia con un profundo compromiso por la comunión. Citó a Santa Catalina de Siena, quien describía al Papa como el dulce Cristo en la Tierra, y recordó que, al final, todos somos peregrinos: “Somos inmigrantes, no solo por nuestras raíces humanas, sino porque nuestro verdadero destino es el cielo”.
Los testimonios de los fieles confirmaron ese anhelo de unidad y renovación. Gladys López, miembro de la Hermandad del Señor de los Milagros, expresó su emoción: “El Padre Geno siempre nos apoya. Esta Misa nos llenó de esperanza”.
Martha Anci, presidenta de Young People of the Future of New Jersey y oriunda de Chiclayo, compartió su vivencia conmovida: “Cuando vi al Papa asomarse, me arrodillé. Sentí que Dios nos lo mandó, porque necesitamos unión”.
Jesús López, presidente de la Hermandad, pidió para el Papa “una vida larga y llena de bendiciones”, mientras que Cecilia Centurión invitó a orar por su misión y liderazgo.
Desde la parroquia de Saint Gerard, María del Pilar Rodríguez afirmó: “Esta Misa nos ha unido, especialmente a los peruanos. Pero como dicen, el Papa no es solo del Perú, el Papa es del mundo”.
Gloria Torrey, de la Iglesia del Santísimo Sacramento, añadió con entusiasmo: “Los peruanos lo queremos muchísimo”. Y Francisca Quirós destacó cómo aquella noche, la Catedral se llenó de fieles de múltiples nacionalidades, unidas por la misma fe.
Mariela Ceclén, de la organización Peruvian Parade, compartió con orgullo el momento en que el Papa, nacioanlizado peruano, saludó primero al Perú desde el balcón de San Pedro. “Eso nos llenó de bendición. En la Misa se sentía un espíritu de hermandad”, afirmó.
Incluso entre los asistentes de habla inglesa, se percibía el mismo entusiasmo. Paul Miller comentó: “I think it’s beautiful we have an American and Peruvian Pope. I wish the best.”
La celebración en Paterson fue mucho más que un evento litúrgico. Fue una manifestación viva de lo que es la Iglesia: un espacio de encuentro, un hogar que abraza las diferencias culturales y las convierte en comunión.
Como recordó Mons. Geno al finalizar la Misa, “en Cristo todos somos uno”. Y esa noche, en la Catedral de San Juan Bautista, esa unidad se hizo palpable en la alegría, la oración y la esperanza de un pueblo que, desde su “pequeño Perú”, celebró con el corazón lleno de alegría la elección del Papa León XIV.
