La comunidad de Our Lady of Fatima & St. Nicholas en Passaic celebró una conmovedora Eucaristía durante la Noche de Solidaridad y Esperanza por Nuestros Hermanos Inmigrantes. La celebración reunió a fieles, líderes comunitarios y varios sacerdotes de la Diócesis de Paterson para acompañar un momento de oración, gratitud y compromiso con la justicia.
La Santa Misa fue presidida por el Obispo Kevin Sweeney, y la homilía estuvo a cargo del Padre Gary Graf, quien actualmente realiza una caminata extraordinaria desde Chicago hasta Nueva York —miles de pasos bajo el sol y la lluvia— en apoyo a los derechos y la dignidad de los inmigrantes.
Al iniciar la celebración, el Obispo Sweeney recordó que nos encontramos “a dos días de Acción de Gracias pidiendo bendiciones, paz y justicia por nuestro país de los Estados Unidos.”
Dio una cálida bienvenida al Padre Gary, resaltando que “tiene 7 semanas caminando desde Chicago hasta Passaic y continúa hasta la Estatua de la Libertad en solidaridad con la comunidad inmigrante, levantando la voz con amor y paz pero también pidiendo por la justicia, por el respeto por cada ser humano; todos somos hijos de Dios.”
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El Obispo también agradeció al Padre Rolan, a la comunidad de San Nicolás, y a los sacerdotes presentes, entre ellos el Padre Duverney, Vicario para Asuntos Hispanos, y el Padre Yojaneider García, quien extendió la invitación al Padre Gary para compartir esta noche especial.
El Padre Gary comenzó destacando “la buena relación de Obispo Kevin con sus sacerdotes”, algo que él describió como un ejemplo hermoso para toda la diócesis.
Luego habló de la riqueza de la herencia cultural: “Muchos años atrás nuestros padres, abuelos, bisabuelos construyeron las increíbles iglesias y catedrales.”
Su mirada también se dirigió al presente, subrayando que los jóvenes son una parte esencial del futuro de nuestras comunidades.
De forma muy humilde, compartió:
“Yo camino poquito en comparación con todo lo que ustedes han caminado, de tantos países (incluyendo los sacerdotes), dejando tierra y familia.”
E invitó a todos a mantener viva la identidad cultural:
“Keep alive our culture, heritage.”
El Padre Gary expresó un gran cariño por los sacerdotes, diciendo con fuerza:
“No one is loved more than a priest. El mundo nos estima, nos ama, nos reciben.”
Y dejó un mensaje directo a sus hermanos sacerdotes:
“Enamórense de su pueblo, porque el cura que no se enamora de su pueblo… ¡qué pobreza, qué tristeza!”
Refiriéndose a su larga caminata, añadió:
“Caminar 50 días es nada.”
El Padre Gary compartió cómo este recorrido ha sido una experiencia profundamente humana y espiritual.
“En el camino he conocido tantas personas de buena voluntad, que quieren mucho a los inmigrantes, porque ellos saben que fueron inmigrantes o sino los papás, abuelos o bisabuelos. Uno a veces se olvida y entonces fue muy importante para mí levantarme y expresar esa verdad y contar esa verdad.”
Agregó que esta verdad no siempre se escucha desde Washington:
“No se está escuchando desde Washington que somos un pueblo inmigrante, es una bendición.”
Recordó que al caminar por “las carreteras de Indianapolis, Ohio, Pennsylvania y New Jersey” preguntaba:
“¿Quién construyó esas carreteras, esos edificios sino inmigrantes?”
Subrayó con convicción:
“Somos una nación de inmigrantes, we are so proud of our heritage, and that’s what I came to celebrate with all of you… and remind ourselves that the greatest sin is the sin of forgetfulness, when we forget where we came from — and we lost.”
Con mucho cariño, animó a los presentes a honrar los sacrificios familiares:
“Es nuestra responsabilidad trabajar duro como nuestros papás, abuelos y bisabuelos y los sacrificios que han hecho cada paso desde sus países.”
A los adolescentes les dejó una tarea sencilla pero profunda:
“When you get home tonight thank your parents and grandparents and ask them what their story, their sacrifices were.”
Al finalizar, el Padre Duverney agradeció a las comunidades de Passaic, Morris y Sussex County, y compartió una noticia muy esperada: fruto del Encuentro del Plan Pastoral Diocesano para la Comunidad Hispana, una de las prioridades identificadas fue la necesidad de un programa de Pastoral Migratoria.
Anunció con alegría que, tras meses de diálogo con la pastoral migratoria de Chicago, la Diócesis de Paterson ya comenzará este camino, y que Miguel Rodríguez será el enlace con la Arquidiócesis de Chicago.
“Poco a poco iremos sembrando esta pastoral en las parroquias de nuestra diócesis”, afirmó.
Finalmente, el Padre Gary recordó con emoción que la Virgen de Guadalupe nos acompaña siempre en nuestra identidad y en nuestra fe.
Destacó que ella “nos invita, nos permite vernos como hijos e hijas de esa gran Madre nuestra aquí en nuestro continente.”
La noche concluyó con esta certeza materna: bajo el manto de la Guadalupana caminamos juntos como un solo pueblo, amado, guiado y sostenido por Dios.
